Sexmo de Casarrubios

La Comunidad y Tierra de Segovia, o la Universidad de la Tierra, es una organización de carácter colectivo, cuyo origen se pierde en la Edad Media (siglo XI) y que alcanza su plenitud a lo largo de los siglos XIII al XV, estabilizándose su desarrollo a lo largo de toda la Historia Moderna, y sufriendo una profunda crisis durante el siglo XIX. Su revitalización, ya como una institución y organización moderna, se origina a finales del siglo XIX, y con cambios de poca importancia, subsiste hasta la actualidad.

Desde su origen, la Comunidad consta de dos partes esenciales: la Ciudad de Segovia, y su Tierra. Se engloban por tanto en el concepto genérico: la estructura organizativa de la Ciudad del Acueducto y todas las Tierras administradas por la Ciudad y repobladas por el impulso demográfico e institucional de Segovia.

La Comunidad y Tierra de Segovia, ya desde el siglo XI, la dirige y controla, el sector social denominado Caballería Villana, grupo social al que la corona le otorgó, el control y gobierno de la Ciudad de Segovia y de todo su Territorio (Alfoz).

Desde Segovia, este grupo social, formado por Caballeros, Escuderos, Dueñas y Doncellas, todos ellos integrantes y dirigentes de la oligarquía de la Ciudad del Acueducto, a partir del siglo XII, inician un proceso de expansión, tanto Aquende Sierra, como Allende Sierra.

A lo largo de este proceso, estos caballeros serranos: abrirán caminos, trazaran cañadas, crearan pequeños poblados y distribuirán tierras entre los citados miembros de la clase social dominante, cuidándose en todo momento, de que tanto el control jurídico, como económico y social de las Tierras, repobladas y ocupadas, quedara en manos de ese grupo que hemos denominado: Caballería Villana.

Para gestionar con eficacia la Tierra controlada por los grupos dirigentes de la Ciudad del Acueducto, se creará una institución denominada Sexmo. Su objetivo, agrupar los espacios dominados por la Ciudad, en función de características comunes, tales como: proximidad geográfica, control de la población, rutas de penetración en el territorio, organización jurídica, etc.

De este modo, la Ciudad de Segovia extiende de una forma magistral, su poder e influencia, mucho más allá de la Transierra, llegando a ocupar espacios tan lejanos como Navalcarnero, San Martín de la Vega y Chinchón.

Buena parte del éxito alcanzado por la repoblación y ocupación de la Tierra, la obtuvo Segovia, de su marco institucional antes señalado y que como decíamos, se denominó Sexmo. Consistía el sexmo, tal y como hemos señalado antes, en la división de la Tierra Segoviana, en un total de once marcos territoriales diferenciados, a los que había que añadir las parroquias integradas en la Ciudad del Acueducto.

De acuerdo con los intereses de la Ciudad, cada uno de los sexmos, tuvo una denominación especifica, y aunque algunas de estas divisiones territoriales, han cambiado de nombre, todavía hoy son vigentes, los siguientes sexmos:

  • Sexmo de las Posaderas.
  • Sexmo de Santa Eulalia.
  • Sexmo de San Martín.
  • Sexmo de Cabezas.
  • Sexmo de San Millán.
  • Sexmo de Valdelozoya, hoy, Sexmo de Lozoya.
  • Sexmo de San Lorenzo.
  • Sexmo de la Trinidad.
  • Sexmo de Casarrubios.
  • Sexmo de El Espinar.
  • Sexmo de la Ciudad de Segovia.

La mayor parte de la relación de sexmos, tiene su origen en la Edad Media, pero sin embargo, alguno de ellos ha desaparecido, o su marco territorial se ha integrado en otros.

Tradicionalmente, cada sexmo, nombraba uno o dos representantes, elegidos por los habitantes del sexmo, quienes se encargaban de trasladar a la Ciudad de Segovia, sus problemas y necesidades, mientras que Segovia, les utilizaba para recabar los impuestos que como ciudad cabecera le correspondía.

Sin embargo, y es este aspecto de la Historia de la Ciudad y Tierra de Segovia, lo más importante, a lo largo del proceso repoblador dirigido por la ciudad del acueducto, al tiempo que se establecían las heredades particulares de las aldeas y pueblos, se estructuraban enormes espacios de apropiación comunal, que gestionaba Segovia, siempre de la mano de los sexmeros de los diferentes marcos territoriales.

Así pues, el sexmo y sus representantes, cumplían funciones muy diferenciadas, ya que no solo percibían impuestos destinados a la Ciudad de Segovia, sino que también contribuían a la conservación de las grandes propiedades comunales, distribuidas por toda la Tierra Segoviana.

En este orden de cosas, El Escorial es uno de los últimos pueblos fundados por Segovia, y se institucionaliza dentro del sexmo de Casarrubios, como adegaña de Robledo de Chavela, y como núcleo humano, que impida a los habitantes del Real de Manzanares, penetran en las tierras segovianas.

Hasta 1503, El Escorial carece de jurisdicción y término propio, y cuando se institucionaliza como aldea, queda dependiente de la Ciudad de Segovia, pero siempre en el marco del sexmo de Casarrubios.

Cuando en 1565, Felipe II, convierte a El Escorial, en “Villa en si y sobre si”, la segrega jurídicamente de Segovia, pero sin embargo, la mantiene como un poblado, más en el marco administrativo de la Tierra de Segovia, con derecho a que sus vecinos disfrutaran de las propiedades comunes de Segovia.

Las leyes desamortizadores del primer tercio del siglo XIX, dieron al traste con muchas de las grandes extensiones de propiedades comunales, pertenecientes a la Tierra Segoviana, que fueron adquiridas por particulares, apropiándose individualmente de las mismas, sin que por razones que no son del caso, llegasen a venderse todas, o desapareciesen los derechos adquiridos por sus anteriores propietarios, los ciudadanos de Segovia y su Tierra.

Mientras esto ocurría en el ámbito de las propiedades comunales, el marco geográfico de la Tierra Segoviana, también sufre una enorme transformación, ya que muchas de las Villas integradas en la Tierra de Segovia, se inscriben, bien en Toledo, bien en Madrid, bien en Guadalajara (primer tercio del siglo XIX).

El resultado final, será el estrangulamiento parcial de los viejos sexmos, que sin las viejas funciones, comienzan a olvidar su vinculación a Segovia, y a vincularse cada vez más estrechamente, con su ámbito geográfico especifico y próximo.

Ya en el último tercio del siglo XIX, se intenta desde Segovia, revitalizar los sexmos, y vertebrar de algún modo la vieja Tierra, con su Ciudad de origen. En aquel momento, muchos viejos pueblos han desaparecido, otros se han transformado, y algunos no manifiestan interés alguno, por la vieja institución.

El resultado final, ya en los últimos años del siglo XIX, será, una nueva organización de la Ciudad y Tierra de Segovia, que intentará recuperar viejas formas de estructuración. Sin embargo, se darán casos tan señalados, como el sexmo en que se inscribe El Escorial, que se seguirá denominando de Casarrubios, por que allí existió el núcleo administrativo del viejo sexmo, aunque ya no este incorporado a la Ciudad y Tierra de Segovia, el pueblo de Casarrubios.

Sin embargo, la salida de Casarrubios del sexmo de su nombre, hizo que El Escorial, siempre interesado por sus viejos vínculos, reclamara la cabecera del sexmo, por lo que hoy constituye la base organizativa del sexmo de Casarrubios, en el que se hayan integrados, los siguientes pueblos:

  • Aldea del Fresno.
  • Colmenar del Arroyo.
  • Chapinería.
  • Fresnedillas de la Oliva.
  • Navalagamella.
  • Navalcarnero.
  • Robledo de Chavela.
  • Santa Maria de la Alameda.
  • Sevilla la Nueva.
  • Valdemorillo.
  • Villamantilla.
  • Villanueva de la Cañada.
  • Zarzalejo.

Es evidente, que la Comunidad de Villa y Tierra de la Ciudad de Segovia, además de cumplir la función de administrar los restos de su antiguo patrimonio colectivo, se ha convertido en un testigo de la vieja historia, común de muchos pueblos de Aquende y Allende Sierra, siendo digno de destacar, el compromiso que desde hace siglos, han tenido los vecinos de El Escorial y sus autoridades, respecto a tan antigua institución.